Reseña de "Ojo de Halcón", de Matt Fraction y Dadvid Aja, un cómic a color editado por Panini en tapa dura en un volumen integral. También se pueden encontrar todavía la edición previa en tres tomos en rústica con solapas que componen el tomo único.
CLINT BARTON: OJO DE HALCÓN
Ser un arquero entre dioses, superhombres, magos y tipos con mucho dinero y más ego todavía, no debe resultar nada fácil. Ojo de Halcón es un personaje que aparentemente siempre va a estar superado en el universo Marvel por las circunstancias y eclipsado por los poderes de sus amigos y enemigos. No es que dicha circunstancia no se preste a interesantes comparaciones y juegos de espejos ocasionales, pero a la hora de la verdad y para que brille alguien como Clint Barton, hay que bajarlo al barro. Ahí es donde lo llevó Matt Fraction. A la calle, a un barrio poco elegante de Nueva York y a mezclarlo con mafiosos horteras de Europa del este enfundados en chandals de Adidas. Y ahí es donde brilló de verdad.
La etapa con guiones de Matt Fraction y dibujo de David Aja (con la aportación inestimable de Javier Pulido) se extendió durante varios años hasta alcanzar los 22 números y un anual. Todo ello incluido en los tres volúmenes en rústica o el tomo integral (que de propina lleva la presentación “oficial” entre Kate Bishop y Clint Barton por el guionista, a modo de prólogo) que ha editado Panini. La serie televisiva bebe de esta fuente ciertos aspectos, pero como en muchas ocasiones el libro es mejor. En este caso el cómic es mejor.
Aplaudida y saludada como la mejor etapa de Ojo de Halcón en solitario, algunos la tildan incluso de obra maestra. Esto último es discutible, pero sin duda estamos ante uno de esos trabajos que ofrecen una lectura plena. Un disfrute continuo en el que la escritura de guiones inteligentes, dinámicos, llenos de diálogos ingeniosos o con la ausencia total de ellos, se acompasa por un dibujo soberbio y sintético, expresivo, detallista e intenso, que culmina además con un color magnífico de Matt Hollingsworth. Una alineación de talentos en estado de gracia que producen un entretenimiento de primera calidad.
La trama es bien sencilla como punto de partida; la vida cotidiana de un héroe cuando no está ejerciendo como tal. Su condición de héroe es precisamente lo que le impele a no tolerar injusticias o situaciones desagradables, tomando partido por los débiles (aunque a veces se deje llevar o engañar) que sufran a su alrededor. Si a los superhéroes todo poderosos se les puede plantear con cierto margen de elaboración en el resultado la disyuntiva “no se puede salvar a todo el mundo” (la reciente y espléndida “Superman: Arriba en el Cielo” de Tom King y Andy Kubert reflexionaba sobre este preciso tema), a un héroe -sin el súper delante- como Clint Barton hay que enfrentarlo directamente a un dilema mucho más directo y mundano: ¿puedes salvar a los que te importan?.
Y a eso se dedica Fraction a lo largo de la serie. Aporta un montón de nuevos personajes secundarios sólidos, incluye ocasionales estrellas invitadas, pero básicamente mantiene los pies en el suelo con las acciones del protagonista. Resulta especialmente lúcida la inclusión de Kate Bishop, la nueva Ojo de Halcón que sustituyó a Clint durante una etapa previa de su vida y que ahora coexiste con el (ambos con el mismo nombre indistinguible, con las consabidas bromas al respecto). La dinámica que Fraction genera entre ambos personajes resulta memorable. Tanto es así que durante buena parte del último tercio de la saga, Kate adquiere un protagonismo que eclipsa por momentos al de Clint, lo que acabaría desembocando en su merecida propia serie a manos de Kelly Thompson.
Todo funciona en “Ojo de Halcón”, y además se humaniza hasta un grado inédito al personaje tanto a nivel físico realista (pocas veces hemos visto en un cómic al protagonista central recibir de forma continuada más palizas y golpes que aquí), como emocional y dramático, descubriendo facetas que lejos de convertirlo en otro, lo dotan de una tridimensionalidad y profundidad admirable. Mención aparte para la creación de Fortu, el perro con gusto por la pizza más simpático del universo Marvel que protagoniza además uno de los números más originales de toda la colección. En resumen, “Ojo de Halcón” de Matt Fraction y David Aja es un cómic que se puede recomendar a ciegas.