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Desde su creación por Bill Finger y Bob Kane en el año 1939, Batman ha sido -probablemente- el héroe de cómic más exitoso y visitado por la cultura popular. Series de televisión, películas en múltiples décadas, miles de números de diferentes cabeceras, reinvenciones, reinicios, años cero, uno, dos, cien, mil, mundos alternativos, Liga de la Justicia, Outsiders, Escuadrón Suicida, Robins variados, Jokers variados y la lista sigue y sigue.

LOS 5 MEJORES CÓMICS DE BATMAN

Batman es el héroe por antonomasia de las viñetas. Por ello seleccionar tan solo 5 obras de tamaño icono es un riesgo suicida de cara al amante del personaje, al conocedor profuso de su historia o al fan acérrimo de alguna etapa o autor que se quedará fuera de esta selección. No obstante, aquí va nuestra pequeña lista, y además ordenada:

1. “El Regreso del Caballero Oscuro” de Frank Miller (ECC).

Arriesgo poco al escoger como título más representativo y mejor de Batman la obra maestra de Miller. Un compendio de la evolución narrativa y madurez del medio en los 80, tomando el icono y llevándolo a nuevas cotas de sofisticación, soluciones gráficas, dinamismo e impacto sensorial. Bañado todo ello además por una profunda reflexión sobre el poder, la aplicación de la justicia, los límites de la ley y la manipulación de los medios de comunicación. Un órdago de la disciplina que resiste el paso del tiempo como pocas obras del mainstream.

2. “La Broma Asesina” de Alan Moore y Brian Bolland (ECC).

Tampoco puede sorprender la inclusión de esta joya del medio. Una de esas atípicas pero superlativas visitas del genio de Northampton a lo más elevado de DC (igual que sus historias de Superman), con el agravante de convertir su relato de locura y recuerdos en el pilar maestro definitorio de la personalidad del Joker, el gran archienemigo de Batman. El juego de espejos temporal, la simetría narrativa, la disección emocional de los personajes implicados, los desencadenantes dentro del universo DC (Barbara Gordon y su destino) y el virtuosismo gráfico desplegado por Bolland completan una obra imprescindible.

3. “El Largo Halloween” de Jeph Loeb y Tim Sale (ECC).

Entrando de lleno en el universo del personaje, pocas sagas han profundizado tanto en el entramado criminal de la ciudad de Batman, Gotham City, como este extenso y apasionante relato de misterio e investigación del que han bebido innumerables sagas posteriores del personaje e incluso las películas de Nolan. A lo largo de 13 números se explora el triunvirato formado por Batman, James Gordon y Harvey Dent para echar abajo la principal familia mafiosa de la ciudad. Al tiempo, el murciélago se enfrentará a una ristra de enemigos letal. Todo ello escrito con milimétrica precisión (estamos probablemente ante el mejor guión de Loeb), con un sorprendente final e ilustrado de forma soberbia por Sale, ayudado por un color majestuoso de Gregory Wright. Un disfrute pleno.

4. “Año Uno” de Frank Miller y David Mazzuchelli (ECC).

Recoger en una sola (y breve; tan solo cuatro números) historia las esencias del personaje y además hacerlo desde una perspectiva dual (tanto desde el punto de vista de Bruce Wayne como el de James Gordon), requiere una capacidad de síntesis y lucidez narrativa considerable. Miller, en su mejor momento, fue capaz de conseguirlo. “Año Uno” es la destilación de la fórmula Batman. Origen, primeros pasos, forja de lazos y nacimiento de la leyenda desde sus mismas raíces. Todo ello ilustrado de forma soberbia, física y palpable por un Mazzuchelli en estado de gracia. Un cómic que rehúye el espectáculo para abrazarse al urbanismo sucio y la acción descarnada, seca, que no pasa de moda.

5. “Criatura de la Noche” de Kurt Busiek y John Paul Leon (ECC).

El “realismo” es un factor curioso al que cierto sector de lectores y/o espectadores se agarra como a un clavo ardiendo para justificar sus furibundas reacciones ante productos de ficción que no están obligados de ningún modo a satisfacer su falta de imaginación. Batman, por su origen y tipología, es un héroe urbano muy anclado a la “realidad” física. No tiene súper poderes y sus capacidades, aunque extraordinarias, no van más allá de lo humano (normalmente), por lo que atar más en corto todavía el espectro de la posible existencia en el mundo real de “un Batman” es un camino complicado que Busiek logra sortear con un chispazo de genio a medio camino entre el trauma freudiano psicológico y el desdoblamiento de personalidad de Robert Louis Stevenson con ecos esotéricos; la materialización del dolor (una mitad oscura a lo Stephen King) como purga existencial. Una propuesta arriesgada que el recientemente fallecido John Paul Leon borda en lo artístico con una fisicidad exquisita, intimista y espectacular cuando es necesario. Una joya moderna a contar entre lo mejor del personaje.

Menciones honorables:

Por supuesto me dejo fuera del top al menos un puñado equivalente de cómics magníficos del personaje, como toda la dinámica y detectivesca etapa dibujada por Neal Adams y guionizada por Denny O´Neil, “El hombre que ríe” de Doug Mahnke y Ed Brubaker, “Batman Año 100” de Paul Pope, “La caída del murciélago” de Chuck Dixon, Alan Grant y Doug Moench, y “The Cult” de Bernie Wrightson y Jim Starlin, así como el gran título colateral del murciélago a modo de bonus track: “Gotham Central” de Ed Brubaker, Greg Rucka y Michael Lark.

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