Reseña de "Marshal Law", un cómic editado en tapa dura, a color y tamaño reducido por ECC Ediciones. Una obra que entronca de lleno con esa revuelta conceptual y moral a la que Alan Moore y Frank Miller prendieron mecha con "Watchmen" y "El Regreso del Caballero Oscuro" a mediados de los ochenta.
"Marshal Law" de Pat Mills y Kevin O´Neill
"Marshal Law" sigue la estela de ese revisionismo duro, cínico y complejo sobre el concepto del superhéroe de la mano de Pat Mills (autor fogueado en la clásica 2000 A.D. inglesa), que se encarga de ofrecer otra vuelta de tuerca sobre el tema, ampliando la cantidad de ironía y mala uva sobre los superhéroes y todo el ámbito de dignidad, ética, luminosidad e incorruptibilidad que suele rodearlos, dinamitando hasta los cimientos estos conceptos y arrojando dardos envenenados contra todo orden establecido. En ciertos aspectos conceptuales (distopía futurista o ucronía distópica como jugoso telón de fondo, héroe cotidiano enfrentado a enemigos superiores a los que humilla y detesta, incorrección política constante y algunos elementos más) "Marshal Law" se emparenta de modo más directo con la igualmente magnífica "American Flagg" de Howard Chaykin, adelantada esta algunos años más a todas las anteriores. Pero Mills es capaz, con la inestimable ayuda de Kevin O´Neill, cuyo anguloso y geométrico trazo resulta inconfundible -y muy apropiado para la visión del guionista-, de crear una obra idiosincrática y rabiosamente personal que mezcla las referencias citadas con otras más británicas como "Juez Dredd", ubicando la trama en San Futuro (una San Francisco asolada y medio-reconstruida por el terremoto definitivo) y sacando un partido tremendo a los ámbitos religiosos, políticos y sexuales con los que se despacha a gusto.
Editada previamente en 3 tomos en rústica con el tamaño cómic book original, ECC recopiló posteriormente en un integral omnibus todos números de la serie en tapa dura y tamaño ligeramente reducido, esta obra ácida y demoledora. Muchas otras posteriores (destacando la popular "The Boys") deben cierta pleitesía a "Marshal Law" en su gráfica representación de la violencia y el sexo por parte los supuestos super-héroes (en realidad soldados alterados por el gobierno para luchar en una guerra ilegal en sudamérica) reconvertidos a su regreso del deber en auténticos criminales, ladrones o asesinos, a los que el protagonista pondrá en su sitio por las malas. Diversión a raudales en un cómic a no perderse.