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Reseña de "Kenia", de Leo y Rodolphe, un cómic editado en tapa dura y a color por ECC Ediciones. Se trata de una de las estupendas aventuras con ingredientes fantásticos de varios álbumes de Leo, recopiladas en un tomo integral de tamaño reducido.

"Kenia" de Leo y Rodolphe

Leo es uno de esos autores europeos (aunque de origen brasileño) que cautivan la imaginación del lector de cómics. Ya sea por su limpio y expansivo dibujo, siempre espectacular desde un naturalismo realista muy detallado, ya sea por la dosificación de los misterios que crea en torno a elementos fantásticos pero siempre dentro de tramas plausibles, ya sea por la soberbia caracterización física y psicológica de sus personajes -tanto principales como secundarios- lo cierto es que su lectura es un auténtico deleite. En "Kenia", Leo incide, con la ayuda de Rodolphe en los guiones, en las constantes que hacen de su trabajo algo único pese a la conjunción de lugares comunes: espionaje entre naciones a punto de entrar en conflicto, comentario geopolítico con pizcas de historicismo adaptadas para la ocasión y romances variados en paisaje exótico. Al final no se trata de los ingredientes sino del talento y virtuosismo del responsable la hora de mezclaros, siendo el resultado en "Kenia" más que positivo.

Su puesta en escena es sencilla y clara, con una diagramación expositiva tan nítida como dinámica. Tanto las secuencias dialogadas como las espectaculares ilustraciones de enormes criaturas prehistóricas, poseen la narrativa y la composición apropiadas, poniéndose siempre al servicio de los tempos del relato. La lectura deviene por lo tanto en un ejercicio de narración donde, una vez más (recordemos "Los mundos de Aldebarán"), la protagonista es una mujer fuerte y decidida que se embarca en un viaje incierto plagado de sorpresas y peligros. La acción apenas domina el relato, pero el desenvolvimiento del misterio suele desembocar en secuencias emocionantes, no solo físicas, aunque la fisicidad plástica sea uno de los grandes valores de Leo. A veces podemos tener la sensación de cierto estatismo o rigidez en su dibujo, así como algo de irregularidad conceptual en el guion a partir del tercer capítulo, pero el autor se las ingenia para que el ritmo no llegue a decaer nunca, añadiendo pequeños giros y sorpresas que completan el conjunto sin caer en la saturación gratuita de sorpresas. Es, en suma una obra netamente europea en el mejor sentido aventurero del término, pausada, consistente y sólidamente resuelta.

La pulcra edición de ECC responde a una continuidad de formato no confesa respecto a los dos tomos editados en su momento de "Los mundos de Aldebarán" por la anterior licenciataria. Además, su continuación en "Namibia", igual de entretenida aunque algo menos sorprendente a estas alturas, también se editó con las mismas características del presente volumen; reducido respecto al tamaño álbum europeo original, pero suficientemente disfrutable y bellamente reproducido en tapa dura a todo color. El producto se beneficia de un coste igualmente ajustado si tenemos en cuenta los cinco álbumes que incluye. Una recomendación plena para amantes de la aventura con sabor clásico.

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