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 'Friday Foster', un icono del black power


Cuando pienso en el personaje de 'Friday Foster', me viene a la cabeza otro icono femenino de los cómics igual de potente y también a reivindicar: 'Brenda Starr, reportera'. No tanto en sí mismo porque tenga ciertas similitudes sino, por lo que significan. El personaje de Jim Lawrence y Jordi Longarón se convirtió en todo un icono, no tanto de ventas pero, sí que a través de sus páginas Friday Foster logró influir en la sociedad.
 

FRIDAY FOSTER: LA DÉCADA DE LOS 70

'Friday Foster' llegó en los 70  en pleno auge de la música disco y el movimiento del denominado, "Black Power". Nos mostraba a una mujer reconvertida de modelo a fotógrafa que de un infortunio laboral a través de un encargo, acababa colaborando con Shawn North como asistente. Juntos afrontan situaciones complicadas en las que se ven envueltos, tales como aventuras, haciendo frente a gangsters o problemas de prejuicios en Harlem, el hogar de Friday. Precisamente, es uno de los puntos clave y fuertes de este cómic: romper ciertos estereotipos y prejuicios además de mostrarnos con cierta realidad el reflejo de lo que allí ocurría. Digo con cierta realidad porque Longarón visitó Harlem para contextualizar el cómic y retratar el lugar. 

ICONO DEL BLACK POWER

Dicho esto, Friday nos mostraba a una mujer independiente, capaz de afrontar y resolver cualquier situación igual que lo haría un hombre. Llevaba pantalones y era fotógrafa. Sin embargo, aunque las historias eliminaban ciertos vetos y había un -vamos a decirlo así- romance platónico con el personaje de North, en ningún momento inicia una relación romántica con él. Puede que se debiera a que la sociedad era aún retrógrada en algunos aspectos, como el de las relaciones interraciales. Es más, los diarios del sur se negaron a publicar las tiras dominicales. Con todo, el personaje de Friday logró influir en la sociedad de entonces y para bien.

EL CÓMIC

'Friday Foster' no es un cómic de Marvel, ni tampoco un cómic de aventuras al uso. Su lectura es de degustación lenta pero eso no quiere decir que no sea agil. Las historias de Lawrence son rápidas, logra meterte de lleno en la situación de sus protagonistas y cuando alcanzas la siguiente página ya se da una nueva. Los problemas de "continuidad" suelen quedar resueltos por los cuadros de texto, un recurso muy habitual teniendo en cuenta que, eran entregas de tres viñetas, y que actúan como si fuera una voz en off. Pero os diré algo, su lectura es un goce. Son para disfrutar poco a poco, sin niguna prisa. Pero claro esto ocurre porque además de las aventuras a las que Friday y Shawn afrontan, lo hacen con el preciosista trazo de su dibujante, Jordi Longarón. Un dibujo tan detallista y elaborado que es una delicia, puedes pasarte recreándote en cada detalle, en cada acabado y disfrutar con ellos. Su trazo es sutil, delicado y dota a los personajes de rasgos característicos.

Puede parecer que es una lectura densa, pero no quiere decir que sus historias no sean ágiles, y es fácil perderte en el magnífico dibujo de Longarón. En definitiva, 'Friday Foster' es una golosina, una joya que no debe faltar en tu estantería comiquera y que se disfruta leyendo poco a poco. Uno de esos cómics con sabor auténtico y con regusto añejo que nos deleita a cada página.

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