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Reseña del cómic "La Herencia del Coronel", editado por Dibbuks a color y en tapa dura. La que fue la última obra del gran guionista argentino Carlos Trillo (acompañado por un espléndido dibujo de Lucas Varela) supone toda una declaración de principios.

"La Herencia del Coronel" de Carlos Trillo y Lucas Varela

Aunque solo fuera por asistir al despliegue de talento final de uno de los más destacados escritores del cómic en castellano merecería la pena leer este trabajo mordaz y entretenido, cargado de amargura y un profundo sentido de lo humano, en especial de sus más lamentables bajezas. Empleando para ello el recuerdo de la dictadura argentina, Trillo se despacha a gusto con las secuelas del terror, pero de modo inteligente orienta la trama en función del punto de vista del hijo de un torturador, el Coronel Guastavino.

Su primogénito, Elvio, será el protagonista de una rocambolesca y alucinada aventura en pos de una muñeca y del alumbramiento de unos recuerdos traumáticos y salvajes convertidos por la lente deformante de la memoria en un paraíso perdido de sadismo y felicidad. Lucas Varela aplica una línea clara y caricaturesca muy agradable y pertinente, logrando que lo malsano de la historia se refleje en contraste con un grafismo cálido, dinámico, y con un empleo del color muy acertado. El macabro final y el irónico epílogo declaran con rotundidad la mala uva de Trillo para con el despiadado régimen que asoló su país.

Una lectura ácida y entretenida que prescinde de mayor profundidad emocional para emplear el humor como bote salvavidas desde el que hablar de un horror que contemplado por sí solo asustaría al más circunspecto de los lectores. Pulcra y elegante edición por parte de Dibbuks en tapa dura que aporta el envoltorio de calidad.

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