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[Monográfico] Peter Milligan, viaje sin retorno a la identidad

Peter Milligan, viaje sin retorno a la identidad

 Peter Milligan es una de las presencias más enigmáticas e interesantes del mundo del cómic. Guionista de raza (nunca ha dibujado ni tenido otra profesión), arrancó en la seminal revista inglesa 2000AD y con solo 25 años creó “Bad Company” dibujada por Brett Ewins Jim McCarthy, primer éxito que se adaptaba a las líneas de la publicación, dejando también en el título algunas aportaciones imaginativas e impronta autoral que empezarían a destacarle por encima de otros.

Fue en 2000AD donde conoció a Brendan McCarthy, uno de los dibujantes que más veces ha traducido a imágenes sus ideas y con el que hizo brillar a “Paradax” y especialmente a “Johnny Nemo”, que empujaron su fama hasta hacerse notar lo suficiente como para que DC le encargase “Skreemer”, en la que Milligan comienza a exponer sus líneas maestras, tomando como punto de partida el complejo “Finnegans Wake” de James Joyce. Al contrario que muchos autores jóvenes predispuestos a lucir sus conocimientos y referencias en la cultura popular, Milligan parte de ideas más profundas (y poliédricas) para llevar a sus personajes más lejos de lo habitual en el cómic. No fue un gran éxito, pero es una obra que aguanta el paso del tiempo y fijó sobre el guionista la atención del lector exigente.

 

skreemer concdecultura

Luego llegaría “Skin”, donde un skinhead enfermo era el protagonista de un relato en el que las convenciones saltaban por los aires y la fama de Milligan se solidificaría como una de las voces más originales y desafiantes del panorama inglés. Era el momento de dar el salto (como Alan Moore, Neil Gaiman o Grant Morrison antes que él) y su serie de aterrizaje definitiva en DC y la línea Vertigo fue la reinvención de “Shade, el hombre cambiante”, una creación original de Steve Ditko. El punto de partida de Ditko se convirtió en manos de Milligan (que se llevó consigo a McCarthy para dibujar) en un viaje alucinante hacia el lado oscuro del sueño americano. Su llegada a Estados Unidos sirvió para comenzar un periplo de lo más variado (desde DC pasó a Marvel y luego a Image), en el que ha mantenido por norma sus líneas maestras narrativas e inquietudes temáticas.

Sin duda ha sido en Vertigo donde más y mejor ha explorado sus habituales obsesiones, con distintos niveles de complejidad y resultados, aglutinando estas ideas en tres trabajos destacados (aparte del mencionado «Shade») que son «Enigma», «The Extremist» y «Human Target». En la primera, junto a Duncan Fegredo aborda con forma de miniserie la que quizás sea su obra más redonda, con un super héroe homosexual y una trama de asesinatos en serie y luchadores contra el sistema que alteran el mobiliario de sus víctimas, mientras la identidad del protagonista va alterándose y descubriendo nuevas facetas sobre si mismo.

blancohumano concdecultura

«The Extremist», con Ted McKeever, deviene en la que probablemente sea su trabajo más críptico y personal, donde la identidad de un personaje libre de condicionamientos sociales y morales (sexo y violencia se alternan como si un film de David Cronenberg se tratase) se va infiltrando en la vida de sus diferentes encarnaciones. Y «Human Target», con Edvin Biukovic, Javier Pulido y Cliff Chiang, es la versión más comercial de la misma idea en torno a la búsqueda de la propia identidad, con un relato de acción e investigación construido sobre una crítica social a diversos estamentos y debilidades del americano medio.

Milligan había alcanzado con dichas obras la excelencia narrativa y la solidez en su exposición y dosificación por entregas, adaptándose con comodidad a la longitud de las propuestas. Pero no siempre ha podido escribir manteniendo la distancia prevista para sus relatos, pues en títulos como «Greek Street» o «The Minx» se nota que se cancelaron
antes de poder alcanzar todo su potencial. Igualmente otros no han llegado a cuajar por falta de concreción o profundidad, aunque siempre resultan entretenidos, como «Los Carnívoros» o «Egipto». Y aunque suele moverse mejor en las distancias medias/largas, también tiene relatos más breves que brillan por su concentrada diversión, sin
renunciar por ello a las premisas habituales de su catálogo, como «Pop London» o la estupenda «Girl», ambas de nuevo con la identidad de sus protagonistas como núcleo motívico a explorar.

pop london concdecultura

Su último trabajo destacado en Vértigo ha sido «The Names» con Wall Street como trasfondo de un relato que anticipaba las ideas de «Black Monday Murders» de Jonathan Hickman. Todo ello le facilitó el ser titular temporal de series como «Hellblazer», «Animal Man», «Infinity INC» o «Justice League Dark», resultando menos personal pero siempre
convincente.

hellblazer concdecultura

El salto a Marvel le llevó a encargarse del grupo más iconoclasta de los mutantes, «X-Force/X-Statix», un batiburrillo de héroes más preocupados por la fama y los contratos de publicidad que por resolver sus conflictos de ego o trabajar en equipo. De hecho Milligan no duda a la hora de matar a sus protagonistas o de hacerles vivir pesadillas conceptuales, mutilarles o torturarles de las más diversas formas. Esen la interiorización de personajes como Doop o Chica Muerta donde el guionista luce sus mejores formas, demostrando que se puede hacer un cómic serializado en Marvel con personalidad y manteniendo en buena parte las líneas personajes que han forjado toda su carrera. Este
éxito le sirvió para ocupar el sillón en series como «Elektra»,»Punisher», «Spiderman» o «Moon Knight».

fuerza x concdecultura

Tras esto llegó a Image, donde realizó la interesante «The Discipline», y a Valiant, donde se ha convertido en un nombre referencial de la compañía gracias a títulos como «Shadowman»,»Eternal Warrior» y sobre todo «Britannia», cuyos dos volúmenes han
cosechado un considerable éxito de ventas y crítica. Algo que ya no debería ser una sorpresa, pues tras más de 30 años de carrera profesional, Peter Milligan es uno de los grandes nombres del mundo del cómic internacional.

britannia concdecultura

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